Analizando la escritura con ayuda del ordenador, los investigadores comprobaron que cuando los sujetos “mentían” presionaban menos el bolígrafo y hacían trazos más largos y letras más altas que en aquellos párrafos en los que narraban hechos verídicos. Estos rasgos no eran detectables a simple vista, lo que impide a los mentirosos “ocultarlo”.
Los científicos sugieren que la escritura manual cambia al mentir porque el cerebro se ve forzado a trabajar más duro cuando tiene que inventarse información. El estudio ha sido publicado en la revista Applied Cognitive Psychology.
Elena Sanz
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