Nuestras organizaciones afrontan tiempos de duros e incesantes cambios; cambios que al acontecer a una velocidad nunca antes vista, y al trascender con un impacto jamás imaginado, desafían cualquier enfoque clásico de Planificación Estratégica, y trastocan las políticas, las prácticas y los procedimientos, que hicieron de ellas, exitosos referentes de generación de valor y de excelente posicionamiento competitivo.
Nuestros directivos, aún atrapados por el legado histórico de sus organizaciones temen salirse de su zona de confort, perder poder e influencia, y dudan en apostar por la innovación como factor clave de la competitividad en la Era del Conocimiento.
Por: Octavio Ballesta
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