domingo, 18 de diciembre de 2011

No uses cinturones apretados

Si la vanidad te lleva a utilizar un cinturón apretado para aparentar estar delgado, recuerda: puedes generarte problemas de salud.
 
Un cinturón o cualquier otra cosa que te apriete demasiado la cintura se traduce como un torniquete a la barriga, lo que altera la función normal del intestino. "Unos pantalones apretados aumentan la presión abdominal, lo que dificulta que la comida y los gases se desplacen hacia abajo", señala Russell Yang, profesor de la Keck School of Medicine de la Universidad de California, en Estados Unidos, "por lo que estas personas constantemente sufren agruras y reflujo, además de dolor de estómago y molestias gastrointestinales". Hay algunas hipótesis realizadas por médicos europeos que relacionan los cinturones apretados con el cáncer de esófago. Sin embargo, un nuevo estudio sueco echa por tierra esa idea. La mejor forma de ajustarse el cinturón es que deje entre el pantalón y el abdomen, dos dedos de separación. "También, cuando vayas a comprar pantalones, recuerda que no todas las marcas son iguales, por lo que es necesario que te midas el pantalón", señala Davide Cotugno, miembro de la Asociación de Sastres y Diseñadores de Estados Unidos.

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