Tan sencillo, como correr por una piscina de entre 130 y 160 cm de altura (es decir que no supere el cuerpo de la persona que lo va a realizar). Hay que mantener la cabeza fuera del agua. Con el cuerpo sumergido entre la zona abdominal y las axilas, hacemos un trabajo extra que ofrece el agua respecto al aire. En piscinas con mayor profundidad, se usan cinturones que te mantienen flotando para que no haya contacto con el suelo en ningún momento.
SUS VENTAJAS PRINCIPALES: mejora notablemente la condición aeróbica, regenera las articulaciones y aumenta la fuerza corporal, además todo esto con muy poco esfuerzo.
Para llevar a cabo esta práctica no es necesario dominar la natación convencional, puesto que los movimientos se hacen en posición vertical. Los movimientos que se realizan con el aquarunning no suponen ningún impacto brusco con el que nos podamos lesionar, a diferencia que sí pueden surgir si corremos al aire libre (problemas en las articulaciones como las rodillas o los tobillos).
PARA QUIENES ESTÁ RECOMENDADO:
■Para todos los amantes de la piscina con ganas de hacer ejercicio.
■Personas con escasa movilidad articular y flexibilidad.
■A quienes les gustaría conseguir más tono muscular.
■Aquellos que quieren tener más ritmo y agilidad.
■Para personas con sobrepeso.
■Personas de la tercera edad.
■Para quienes han sufrido una lesión y están en fase de recuperación.
30 minutos dentro del agua todos los días practicando aquarunning, es suficiente para ponerse en forma.
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